LA PÍLDORA DEL DIA SIGUIENTE
(El humor a la vida)
Usted debe haber escuchado esa rítmica canción cuyo estribillo repite “…me gusta viajar, me gustas tu- Me gusta la playa, me gustas tu – Me gusta la vecina, me gustas tu” es decir todo un pregón a la liberalidad con efluvios inoculantes o eyeculantes; y claro se entiende por qué lo propone, pues una gama de fanáticas está muy de acuerdo con ello (el título nos lo explica) y, hay que decirlo, eso nos da una placentera tranquilidad con hacer uso de la píldora del día siguiente como una solución de urgencia, ante una relación producto de una liber-acción de urgencia, de apresuramiento precipitado por los apremios contractuales que suelen presentarse a último momento.
Yo sé que tu nostalgia alarmante
No es ni enfermedad ni espasmo
No precisa pastilla ni sedante
Solo se cura con un buen orgasmo.
Ahora que lo sabe encontrará usted el ánimo para los apareamientos desprevenidos, desaprensivos o despreocupados. Esencialmente lo digo por los despreocupados (as) pues de lo que se trata es sencillamente de curarse en salud, no interrumpir lo programado y o (EUREKA) allí puede estar la solución para las democracias endebles, aquellas que se estabilizan con la dificultad de un tiovivo, aquellas que no han sabido implementar un adecuado balance de poderes y que (ay Latinoamérica) despiertan luego de haber elegido. Entonces digo -es un pre-decir- como nos vendría “el voto del día siguiente…”