CONGA UN QUESIQUENOCIDIO
            Mucho se ha dicho y escrito sobre Conga.
Queda ya  muy poco que agregar y si mucho
que corregir y contemporizar, siendo eso por cierto materia exclusiva de los
protagonistas.
-       - 
… y diga ¿quiénes
son los protagonistas oportunos?.
-        -
Sepa usted,
somos todos los peruanos menos algunos.
-        -
Señale a los
exceptuados.
-        -
No hay que
señalarlos, están tatuados.
Y en
todo esto, debo agregar dos elementos breves para aportar al análisis: un
precepto y un neologismo. Pero dirá usted, ¿En qué aporta? si un precepto no es
más que un juego de palabras, un pre-concepto, algo pre-establecido para
sostener una afirmación o una afirmación que se sostiene por sí misma y que de
por sí, ensimisma (nos ensimisma)
-        - 
No salga por
la tangente 
         y explique lo que pre-siente 
-        - 
Explicar no es
mi intención
         sólo es dar un re-filón.
Y el re-filón está en que Conga evidentemente es un filón o veta de
altísima calidad, y es toda una tentación empresarial. Y allí llega el precepto
“no hay mal que tan bien nos venga”
Pero sucede que la zona de Conga tiene habitantes a quienes se debió
considerar y preguntar. Pero,    esa consulta-aprobación previa había sido
olvidada por las autoridades nacionales antes de firmar los  acuerdos. Ahora estamos en un que-si y un
que-no, un que no y un  que si reiterado.
Tanto que se está convirtiendo en un “quesiquenocidio” de largo aliento que nos
debe obligar a corregir y contemporizar de modo urgente.