Sunday, January 22, 2006
CRÓNICAS ALEVES
ATISBAR EL HORIZONTE
Hum…. Humm… Hum… le oí decir al chaman de “Añashuarcuna” , sus meditaciones esta vez eran pausadas, algo se le enredaba para hacer sus pronósticos, ¡Hum…! ¡Hum…! repetía luego de enredarse con los nombres.
Astutamente quiso rectificar sus imprecaciones preguntando si era la pugna por alguna institución que estaba en oferta o eran candidatos para el remate público de un bien preciado, nosotros impávidos callamos pidiéndole que revisara los nombres y que nos dé su veredicto – díganos finalmente ¿quién ganará? Le acotamos.
¿Hum…? ¿hum…? ¿hum..? y se puso a acomodar cada uno de los nombres y a entreverarlos entre un montón de semillas secas, los ojos se le saltaban y luego se los engullían los parpados. Acariciaba las semillas que tan luego se le escurrían de las manos, cogía los papelitos con los nombres y poseído, casi, casi en un trance los lanzaba al aire, algunos papelitos movidos por el azahar o por el viento se alejaban y caían distantes y otros regresaban a entreverarse con las semillas; nuevamente cogía todo lo elevaba y lanzaba al aire las semillas curiosamente no se esparcían siempre caían en la misma área pero los papelitos con los nombres se dispersaban.
¿Hum…? ¡hum…! ¿hum…? nuevamente su sonido gutural, seco, chasqueante, gesticulaba mil, incógnitas, mil presentimientos, ¿mil presagios también?
Como estábamos al aire libre el ocaso nos envolvía paulatinamente y teñía de gris los rostros, las ropas, y hasta nuestras inquietudes.
¡Hum…! ¿Hum…? ¡hum…! repetía, lo notábamos más y más desconcertado. Ahora mascullaba frustraciones, restregaba sus manos con las semillas, miraba a lo alto, pedía un viento fuerte y otros papelitos se alejaban mientras otros regresaban a su lugar y se juntaban con las semillas.
¿Hummmmm…? casi bramó, y los ojos se le extraviaron tras los parpados, se quedó casi a ciegas y cogió uno de los papeles. Y en su mano aparecieron cuatro, o cinco todos allí pegados a su piel. Su trance se hizo total. ¿Humm. ..? ¿Hum…? ¡Humm…! Repetía constantemente. Su rictus se aceleró y se deshizo de los papeles tirándolos por todos los aires. Y se alejó. Se perdió en el bosque verde de penumbras, el follaje lo devoró en un instante y quedamos con la incógnita de quien ganaría o quien ganará.
Hum… hum.. hum resonaba entre nosotros al leer los papelitos que recogimos uno a uno. Extrañamente se leía todo trastocado:
El primero : ¿hum… hum………………. Hummm?
El segundo: ¿Hum … Valentín flores. Hum…?
El tercero: ¿Hum…Lourdes pan y agua. Hum…?
El cuarto: ¿Hum … Alan Hum… Alan…Hum…alan, alan, alan?
El quinto: ¿Hum….ala? ¿ Hum … a la…? ¿Humm…?
Hum … hum. Repetimos nosotros e iniciamos el retorno. Cuando un tiro de gracia sonó dando un susto y un desmayo. Alguien dijo antes de practicar la respiración boca a boca: haber humala- exhala. Inhala – humala.- exhala. Inhala-humala- exhala.
Así pues comprendimos que para averiguar el horizonte, hay que atisbar y dirigirse al horizonte.
¶ 8:41 AM
ATISBAR EL HORIZONTE
Hum…. Humm… Hum… le oí decir al chaman de “Añashuarcuna” , sus meditaciones esta vez eran pausadas, algo se le enredaba para hacer sus pronósticos, ¡Hum…! ¡Hum…! repetía luego de enredarse con los nombres.
Astutamente quiso rectificar sus imprecaciones preguntando si era la pugna por alguna institución que estaba en oferta o eran candidatos para el remate público de un bien preciado, nosotros impávidos callamos pidiéndole que revisara los nombres y que nos dé su veredicto – díganos finalmente ¿quién ganará? Le acotamos.
¿Hum…? ¿hum…? ¿hum..? y se puso a acomodar cada uno de los nombres y a entreverarlos entre un montón de semillas secas, los ojos se le saltaban y luego se los engullían los parpados. Acariciaba las semillas que tan luego se le escurrían de las manos, cogía los papelitos con los nombres y poseído, casi, casi en un trance los lanzaba al aire, algunos papelitos movidos por el azahar o por el viento se alejaban y caían distantes y otros regresaban a entreverarse con las semillas; nuevamente cogía todo lo elevaba y lanzaba al aire las semillas curiosamente no se esparcían siempre caían en la misma área pero los papelitos con los nombres se dispersaban.
¿Hum…? ¡hum…! ¿hum…? nuevamente su sonido gutural, seco, chasqueante, gesticulaba mil, incógnitas, mil presentimientos, ¿mil presagios también?
Como estábamos al aire libre el ocaso nos envolvía paulatinamente y teñía de gris los rostros, las ropas, y hasta nuestras inquietudes.
¡Hum…! ¿Hum…? ¡hum…! repetía, lo notábamos más y más desconcertado. Ahora mascullaba frustraciones, restregaba sus manos con las semillas, miraba a lo alto, pedía un viento fuerte y otros papelitos se alejaban mientras otros regresaban a su lugar y se juntaban con las semillas.
¿Hummmmm…? casi bramó, y los ojos se le extraviaron tras los parpados, se quedó casi a ciegas y cogió uno de los papeles. Y en su mano aparecieron cuatro, o cinco todos allí pegados a su piel. Su trance se hizo total. ¿Humm. ..? ¿Hum…? ¡Humm…! Repetía constantemente. Su rictus se aceleró y se deshizo de los papeles tirándolos por todos los aires. Y se alejó. Se perdió en el bosque verde de penumbras, el follaje lo devoró en un instante y quedamos con la incógnita de quien ganaría o quien ganará.
Hum… hum.. hum resonaba entre nosotros al leer los papelitos que recogimos uno a uno. Extrañamente se leía todo trastocado:
El primero : ¿hum… hum………………. Hummm?
El segundo: ¿Hum … Valentín flores. Hum…?
El tercero: ¿Hum…Lourdes pan y agua. Hum…?
El cuarto: ¿Hum … Alan Hum… Alan…Hum…alan, alan, alan?
El quinto: ¿Hum….ala? ¿ Hum … a la…? ¿Humm…?
Hum … hum. Repetimos nosotros e iniciamos el retorno. Cuando un tiro de gracia sonó dando un susto y un desmayo. Alguien dijo antes de practicar la respiración boca a boca: haber humala- exhala. Inhala – humala.- exhala. Inhala-humala- exhala.
Así pues comprendimos que para averiguar el horizonte, hay que atisbar y dirigirse al horizonte.
¶ 8:41 AM
