CRONICAS ALEVES
CUANDO EL CIELO HUANCA SE QUEDO VERDE
¿El cielo pudo estar de color verde alguna vez? La sola afirmación dejaba
incrédulos a los que oían contar la historia. Para ello hay que imaginar el
decir constante y popular de que el cielo estaba verde.
Los taxis son todo un clan y como tal actúan,
trabajan y hacen lo suyo a favor de la ciudadanía, y son una ingente cantidad,
acorde con el crecimiento de Huancayo que crece a 1. metro X hora. (si usted no lo cree atrévase a
conocer el avance de las nuevas urbanizaciones
y verá como se agiganta la ciudad
a un promedio de 24 metros diarios de nuevas calles), si usted no cree en las
estadísticas le doy otro dato curioso,
si los taxistas pusieran su carros en fila (uno tras otro) tendríamos una
hilera desde Huancayo acercándose a la ciudad de Jauja.
.Y
qué tienen que ver los taxistas con el
cielo huanca que se quedó verde?
-
Pues ahí vamos con el relato.
Antes se hace necesario ubicar la época -el siglo pasado- cuando los Beatles seguían haciendo furor, Nino Bravo cantaba (… Tiene
casi veinte años y ya está… cansado de soñar… ), la voz de Flor Pucarina sonaba
con fuerza en Radio Andina y el Picaflor de los Andes estrenaba su inolvidable
canción ( Mi chiquitín, pedazo de cielo, mi chiquitín, rayito de luna…)
Huancayo aún no entraba a su vorágine de crecimiento y los taxistas eran un
clan más compacto. Los billetes que circulaban eran de 5, 10,20,50 y 100 y como
los de ahora todos muy coloreaditos pero esquivos a los bolsillos como hoy y
siempre. Los billetes eran: verde los de
5, naranja los de 10, los de 20 eran un naranja plomizo, los de 50 eran azules
y los de 100 eran de un azul plomizo y borrascoso como nubes de tormenta.
Los taxistas siempre en busca de clientes
merodeaban todas las zonas y con
frecuencia (como ahora) cometían infracciones o no tenían los documentos completos.
Cuando
un carro era detenido, se producía el siguiente dialogo:
-
A ver… muéstreme todos sus documentos.
-
Acá los tiene Señor.
-
Su Licencia de Conducir ya caducó…
-
Si pues… estoy tramitando…
-
Ya estas en falta … tendrás que
caerte con algo… a ver de que color esta el cielo?
-
Azulito señor . ( y sacaba disimuladamente sus cincuenta
soles)
Otras veces el cielo estaba nublado y
borrascoso (antes de una gran tormenta, de
esas que siempre han caído en nuestra ciudad ) entonces el cielo
atormentado, atormentaba el bolsillo del chofer y tenía que entregar un billete de cien con
mucho pesar. Esta rutina se había hecho una costumbre, y, generalmente el clima
desamparaba los bolsillos de los infractores, hasta que ocurrió el siguiente
dialogo:
-
A ver tu… ¿ corredorcito no? Estabas a más de
sesenta por hora. Muéstrame tus
documentos.
-
Tengo todo Señor... ahí tiene.
-
Hum , y los faros? Parece que no
encienden?
-
Aún es de día Señor.
-
Pero tu corrías demasiado… ya…
tienes que aportar … a ver ¿de qué color
está el cielo?
-
Verde Señor ( le entregó 5 soles y
arranco el carro, perdiéndose a la vista)
Enterados de esta hazaña, los del clan de
taxistas decidieron que en adelante el
cielo estaría siempre verde…